jueves, 14 de febrero de 2008

GASTRONOMIA


LA COCINA CRIOLLA TIENE MUCHO QUE OFRECER

En cuestión de gastronomía, la variedad de platos nutritivos y deliciosos es amplia en la cocina jipijapense, cuya fama ha trascendido las fronteras patrias, bien porque los han degustado ciudadanos extranjeros que han visitado esta localidad o por la presencia de cientos de personas oriundas de Jipijapa, que constantemente los solicitan y que sus familiares les envían.

EL GREÑOSO

Hablar del Greñoso es referirse prácticamente al plato típico de la Sultana del Café, que se lo prepara con maíz, maní, carne de pollo o de chancho, o ambos a la vez, y las respectivas dosis de aliños, para darle un sabor único.

Cuando uno persona afuereña que ya ha probado este apetitoso alimento regresa a la ciudad, casi por regla general solicita a sus anfitriones “cuando nos servimos greñosos”.
Pero paradójicamente no es un plato que los jipijapenses lo coman comúnmente, ya que por lo general esta reservado para ocasiones especiales, tales como reuniones sociales, cumpleaños o para agasajar a autoridades o funcionarios que visitan la ciudad. Debe notarse que en los velorios es casi infaltable.

En otras oportunidades cuando se han realizado festivales gastronómicos, organizados por instituciones o estudiantes, el greñoso es la principal atracción y el primero en terminarse.

En otras ocasiones son padres de familia, estudiantes o profesores que lo ofrecen por pedidos para reunir fondos para actividades estudiantiles, o algún club o grupo de personas con alguna finalidad social.

De la manera que sea, con chifles o arroz, y una salsa de cebolla colorada, el greñoso es una delicia.



EL CEVICHE CON MANÍ Y AGUACATE

El ceviche que se prepara en Jipijapa se lo considera único en Manabí y el país, de lo que dan testimonios propios y extraños. En realidad es un plato que se lo encuentra en muchas ciudades, pero el de esta localidad tiene características diferentes por el toque preciso del limón al ponerlo a encurtir.

Además se le agrega maní licuado al gusto de la persona que se lo sirve, y hay quienes lo aderezan también con aguacate, que acompañado de chifle, patacones o roscas, es una verdadera delicia.

Muchas personas le dan a este plato propiedades afrodisíacas por el maní y el aguacate, dando lugar a que en el argot popular se diga que “se va ha cargar las baterías”. El ceviche es el plato obligado para el chuchaqui y su consumo, sobre todo los fines de semana, es motivo de alegres reuniones de familiares o amistades en los numerosos locales donde se lo vende.

En la Cevichería “Los negritos”, Adolfo Chong Pinargote manifestó que numerosas personas que ha su paso por jipijapa han probado el ceviche que ellos venden, después mandan a comprar desde Portoviejo su nutritivo producto.

En otras oportunidades los encargos son para llevar a Guayaquil inclusive se lo envía a países como Italia, España y Estados Unidos. En estos casos el pescado solo va con curtir sin ninguno de los demás ingredientes.

En las casa el ceviche sirve también para acompañar a al arroz en el almuerzo.




EL BOLLO

Una tradición en Jipijapa, sobre todo los sábados o domingos, es desayunar con un buen pedazo de bollo, una taza de café, plátano asado o arroz. “Eso es una cosa seria”, dicen muchas personas.

Esta delicia se la prepara con plátano, maní carne y cuero de chancho principalmente, además de los aliños usuales, se lo envuelve en hojas de plátano y se lo pone a hornar toda la noche, y en la madrugada ya esta listo para la venta, explicó Sixto Guaranda Ayón.

Contrario al greñoso que es para fiestas especiales, el bollo se lo encuentra todos los días en el mercado central de la ciudad. A su preparación se han dedicado los miembros de tres familias del núcleo Guaranda Ayón, que también son una tradición. La familia Castro Ayón también lo prepara, aunque solo por pedidos.

De acuerdo a los ingredientes, específicamente a la cantidad de carne y cuero de chancho que se lo ponga, es el valor de un bollo. Los más económicos son los de 2 dólares, pero también hay de $4 y de $5, manifestó Sixto Guaranda.

Un bollo puede durar en buen estado para servirse hasta cuatro días, lo que facilita que halla numerosas personas que de manera constante lo envíen a sus familiares que se encuentren en el exterior.

Cuando se conoce algún “raspado” viaja fuera del país, muchas personas aprovechan para hacerles llegar a sus seres queridos los sabrosos bollos, que los mandan a preparar bien especiales. En esos casos los ponen a congelar para que resistan más días, dijo saber Guaranda.

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